No fue hasta que un funcionario chino llamado Qiu Feng, decidió ir a ver lo que quedaba de ella bajo el agua y descubrió que Shi Cheng se mantenía intacta.
La ciudad es conocida por el nombre de Shi Cheng, la cual se encuentra a 42 metros bajo el agua en la provincia de Zhejiang, a 400 kilómetros al sur de Shanghái. Según sitios de historia, gracias a su arquitectura, se determinó que este espacio data de las dinastías Ming y Qing, que gobernaron del 1368 a 1912.
Cerca de 300.000 personas tuvieron que ser realojadas en poblaciones aledañas como resultado de la puesta en marcha del proyecto. Familias enteras que durante generaciones habían habitado la ciudad, conservando su esplendor de antaño. Shicheng se localiza en las profundidades el famoso lago de Qiandao, una de las principales atracciones turísticas de la zona por las 1.078 islas que se elevan sobre su superficie. Un conjunto paisajístico de una belleza majestuosa. Pero el verdadero tesoro arqueológico no está a la vista de los curiosos, sino en las profundidades de esta masa de agua del todo artificial, a 40 metros bajo el suelo que pisan quienes se acercan al lugar.
¿Por qué quedó sumergida?
A diferencia de la Atlántida, la ciudad de Shi Cheng resultó en las profundidades por los humanos y no por situaciones místicas. De acuerdo con ‘BBC’, este lugar, también conocido como “ciudad de León”, fue inundada intencionalmente en 1959.
Esta fue llevada al fondo por la construcción de un proyecto: la creación de la represa Xin’an, construida para alimentar una planta hidroeléctrica.
Los informes de los medios internacionales dicen que cerca de 300 mil personas fueron reubicadas para dar vida a la construcción de este lugar. Esto significó una pérdida grande para la cultura China, debido a que varias generaciones de familias habían vivido ahí durante siglos.
El ‘redescubrimiento’
En 2001, una expedición gubernamental exploró las profundidades del lago Qiandao. Para su asombro, encontraron que la ciudad seguía intacta. Las vigas, escaleras, murales, suelos pavimentados y techos de piedra y madera parecían congelados en el tiempo. Incluso las cinco puertas con sus torres, que una vez dieron acceso a la ciudad, permanecían en su lugar, lo que permitió una visión detallada de la ciudad como era en el pasado.
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